Una sociedad cada vez más superficial

Ana María León Martín

9/1/2025

shallow focus of person holding mirror
shallow focus of person holding mirror

Nos estamos olvidando de nuestro propio autocuidado. Y no me refiero solo a cremas ni rutinas de belleza, sino a ese cuidado que va por dentro . En cambio, nos dejamos arrastrar por una corriente de superficialidad que no para de crecer.

Cada vez hay más niñas y adolescentes que acuden a centros estéticos. Desde maquillaje, mascarillas, manicura y pedicura perfectas, hasta clínicas donde llegan acompañadas de sus figuras de cuidado para cambiar su estética facial. ¿Qué está pasando? Las redes sociales están llenas de instagramers, influencers y tiktokers que muestran vidas perfectas, sin preocupaciones ni malestar. Venden marcas, dietas, productos de belleza y, sobre todo, la imagen en la que siempre hay que estar bien y verse bien.

Así se crean falsas necesidades en una sociedad cada vez más frágil emocionalmente. Porque no, no es que no queramos cuidarnos por dentro. Tampoco se trata de buscar culpables. Es fácil dejarse llevar por las soluciones rápidas. Si no me gusta lo que veo, si no me siento bien conmigo misma tapo mi malestar con una solución rápida, confundiendo mi necesidad de sanar por dentro con mi deseo de verme bien por fuera de manera inmediata.

Y así vamos, dejándonos llevar por mensajes ambiguos, creyendo que algún día alcanzaremos una felicidad y alegría constante. Y por suerte eso no existe. Las emociones están ahí para sentirlas. Hay que estar tristes a veces, enfadadas otras, y saber pedir ayuda cuando lo necesitamos.

No se trata de cubrir vacíos con resultados rápidos. Se trata de escucharnos. De confiar en nuestro proceso, aunque no sea inmediato. Porque escucharnos por dentro es lo que, de verdad, nos hace sentirnos bien por fuera. No es lo rápido lo que sana, es lo real. Y lo real lleva tiempo, pero vale la pena. En ocasiones es difícil hacerlo solos, pedir ayuda no es debilidad, es valentía, y es el camino hacia un bienestar que va mucho más allá de la apariencia.